El viaje de la leche

El largo camino que recorre la leche que se produce en Cantabria desde las granjas hasta su casa

El viaje de la leche

El largo camino que recorre la leche que se produce en Cantabria desde las granjas hasta su casa

¿Alguna vez se han preguntado cómo es el viaje que hace la leche desde que sale de la ubre hasta que ustedes, los consumidores, la beben? El camino, que hoy parece fácil gracias a las nuevas tecnologías, está construido con el esfuerzo y trabajo de los ganaderos de Cantabria a lo largo de la historia.

‘Sus hijos crecerán fuertes y saludables’, rezaban en blanco y negro los carteles publicitarios de hace un siglo. El 10 de enero de 1931, el ingeniero de caminos Luis Palencia Orín presentaba el proyecto de construcción de la fábrica SAM, en Renedo de Piélagos, con un presupuesto de 275.000 pesetas, ante la necesidad de dar salida a la leche de alta calidad que producía Cantabria. Un año más tarde, el obispo de Santander, José Eguino y Trecu, inauguraba la planta consiguiendo reunir a todos los sindicatos agrícolas montañeses.

El clima y la orografía convertían a la región en una de las principales fuentes de exportación de calcio a toda España, y en los difíciles años de la posguerra, la leche cántabra alimentó a gran parte del país. En 1933 se recogían 5,8 millones de litros de leche, 7,2 en 1934 y 8,3 millones en 1935. En los 50, la empresa SAM y su competidora Nestlé producían ya el 30% de la leche condensada y la mayor parte de los productos infantiles. El sector lácteo se convirtió en uno de los pilares estratégicos de la comunidad autónoma.

Un siglo después de aquel comienzo, el viaje que hoy en día recorre la leche es mucho más complejo. Se inicia a las siete menos cuarto de la mañana, y es supervisado en cada paso por decenas de hombres y máquinas. Recorremos esa jornada, de un día cualquiera, en el siguiente vídeo.

EL DECLIVE

Tras años de bonanza para el sector lácteo en Cantabria, en 1991, cuando comenzaron las cuotas impuestas por la Unión Europa, los cimientos de los ganaderos se tambalearon y el precio de la leche abandonó el umbral de la viabilidad, situado hoy en una media de 0,28 céntimos por litro.

Las pequeñas explotaciones se vieron obligadas a cerrar porque no cubrían los costes de producción. Al problema estructural de los precios reducidos se sumó un notable descenso del consumo, por los cambios de hábitos y el aumento de la oferta de sustitutivos.

Pero la crisis no obedece exclusivamente a la oferta y la demanda. “También influye la falta ética empresarial de industrias y distribución, y la escasa voluntad política para tomar medidas eficaces”, apunta el secretario general de Ugam-Coag en Cantabria, Gaspar Anabitarte.

El nudo gordiano se encuentra en la Unión Europea, que no acaba de considerar al sector lácteo como estratégico. Por otro lado, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) no permite fijar un precio por comunidades, como pretendía el Gobierno de Cantabria, porque vulnera la Ley de Defensa de la Competencia. En los despachos, pues, todo parece muy complicado.

La maraña administrativa, de improbable solución a corto plazo, contrasta con la urgencia que arrojan los datos del sector. Basta un sencillo repaso para ilustrar la encrucijada en que se encuentra la leche.

Un ejemplo del problema del precio: el pasado febrero se registró una diferencia del 171% entre el dinero que recibió cada ganadero por cada litro de leche (0,28 céntimos de media), y lo que pagó finalmente el consumidor al coger un brik en el supermercado (0,76 céntimos).

¿Alguna solución? Por el momento, la Comisión Europea ha propuesto a los ganaderos la posibilidad de reducir temporalmente la oferta de leche en el mercado, para bajar el exceso de producción y ayudar a combatir la crisis extrema que atraviesa el sector.

Muchos sindicatos, sin embargo, reclaman una ‘leche tipo’ que garantice la homogeneidad de los criterios de calidad exigibles a las industrias, y que además impida bajadas de precios encubiertas.

LA CALIDAD

El sector lácteo en España supone más del 1,2% del PIB, unos 12.700 millones de euros anuales, y da empleo a más de 60.000 personas, según la Memoria de la Interprofesional Lechera. Sin embargo, en Cantabria siguen desapareciendo explotaciones ganaderas, sustento de muchas familias y pilares de un sector fundamental para la comunidad autónoma.

Mientras el atasco en el sector lácteo se descongestiona, los ganaderos seguirán produciendo leche de la máxima calidad, ‘Súper A’, apostando por el liderazgo como único camino posible.

IPARLAT

Iparlat lleva en Cantabria desde 1996. Es la industria que más leche recoge en la región.

VACA

Cada día entran en la fábrica de Renedo entre 350.000 y 400.000 litros.

 En 2000 se consumían en España 4.025 millones de litros. Hoy, 738 millones menos.

La leche que Mercadona compra a Iparlat la producen 304 ganaderos de Cantabria.

Mercadona reparte la leche de Renedo
entre sus 1.576 tiendas.

En 1990 había en Cantabria 10.000 ganaderos. En la actualidad son 1.400.

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